Bai Kagamis no Tengoku

Tengoku, originalmente un pueblo tranquilo, pacificó en cada uno de sus universos paralelos. Un pueblo donde cualquiera podía habitar, lejano a los demás pueblos, rodeado de naturaleza y paz. Todo lo era, todo era tranquilo pero no duró mucho.
Nadie sabe cómo ni porqué pero simplemente sucedió. Un día, un mes o un año, quien sabe cuando comenzó todo realmente, aquellos universos se comenzaron a juntar, todos aquí. Se podía entrar, se podía salir pero jamás sabrías a donde saldrías, quizás a un universo, aun mundo o realidad a la cual no pertenecías. Aquellas realidades donde existían los hombres lobos y vampiros, o en la que existía y habitaban solo aquellos muertos, o la realidad que tú y yo conocemos, todas ellas estaban unidas por un único factor, Tengoku.

Pronto los rumores comenzaron a correr, todos comenzaron a notar dentro del pueblo las diferentes clases de “seres”, aquellos que solo en sus pesadillas o en leyendas habían visto ahora podían tocarlos. Fuera, en los demás pueblo, el rumor de que Tengoku estaba “poseído” o “maldito” se disperso sin descaro alguno y así fue como poco a poco aquel pueblo fue creciendo, gente que huía de su pasado o presente, gente curiosa o simplemente gente que buscaba ser acepto, aquí todos vinieron a comprobar y vivir el sueño de un mundo inexistente.

Pero no todo fue así, principalmente hubieron conflictos comunes entre razas, luego una paz moderada pero… en un tiempo todo esto se perdió. Una guerra interna comenzó, dos lados que querían gobernar aquel lugar, ser parte de algo “mayor”, comenzaron a luchar. Muertes, huidas y destierros, gente que rezaba a mil dioses distintos, que esperaba que todo acabase y la gente, la gente que deseaba ver sangre, luchar y salir victoriosa.

Todo sucedió en un año, en un año todo termino. De un conflicto mínimo a la paz, de la paz a la guerra y de la guerra al olvido ¿A que me refiero?, simple, lo que sucedió cuando la sangre reinaba en aire.

Aquel día donde todo ya había llegado a un limite inconsiderable algo sucedió. Un destello que cegó el alma y vista de todos, una silencio y luego un olvido. Todos olvidaron todo, desde comenzó la guerra hasta su final fue olvidado, los muertos revividos, los heridos sanados y aquello que nació o simplemente fue formado en aquel entonces desapareció. Pero no solo eso, todos olvidaron, no, no todos habían tres personas que no lo hicieron, ese era su castigo, recordar todo. Aun así a eso no vengo, yo vengo a relatarse la realidad que se formo.

Alguien apareció, no, alguien no fue fueron más de una persona, pero estas personas no vienen por paz ni buscan tranquilidad, ellos vienen a castigar, a todo aquel que se atreva a entrar y vivir aquí aun.

La realidad que nos rodea puede ser tan nula o tan frágil como un suave y fino hilo, ¿Estás dispuesto a comprobar que tan fuerte eres y permanecer en tu “realidad”? Porque te aseguro que ellos harán lo posible por derrumbarla.